viernes, 18 de noviembre de 2011

Incompredidos o fuera de control

Las peras malogradas

Adolescentes se escapan del colegio y organizan estas fiestas poniendo en riesgo su integridad. 

Son organizadas en alguna cochera solitaria o en cualquier casa sin supervisión de adultos. En ellas se experimenta con el sexo y con las drogas, en un afán de escapar del control de padres y maestros. Las “peras” o escapadas escolares han devenido ahora en una forma más peligrosa que una simple ausencia a clases. Se han convertido en las “peras malogradas”, fiestas escolares organizadas específicamente como preámbulo a todo tipo de prácticas riesgosas, desde beber alcohol hasta mantener relaciones sexuales sin protección o consumir marihuana, pasta básica o cocaína.

Así reporta un estudio del Centro de Información y Educación para la Prevención del Abuso de Drogas (Cedro). La investigación da cuenta de dos modalidades: la “pera malograda” y el “tono pera”, una versión más blanda de la primera.

“Mientras que el ‘tono pera’ es básicamente baile, donde se dan estas famosas imágenes de los muchachos bailando perreo, la ‘pera malograda’ tiene una dinámica y un objetivo totalmente distintos”, explica Jorge Arnao, psicólogo especialista en jóvenes y adolescentes, de Cedro. Arnao, quien es también uno de los autores del estudio, explica que, en su mayoría, las “peras malogradas” son organizadas por mujeres. Estas adolescentes, percibidas como las más extrovertidas del salón, se hacen llamar las “chicas positivas”.


Las chicas del sí
“Algunos chicos preguntan si eres positiva para que te vayas con ellos. Ellas son las que están en todas, se meten en peras, tonos peras, se van en desvanes, toman, paran tomando y no van al colegio”.

Estas son solo algunas de las percepciones que tienen los propios escolares sobre las chicas que organizan estas reuniones. Pero su extroversión indica en el fondo un gran riesgo. “Como la mayoría de las veces ellas saben que va a haber sexo, ellas eligen qué chicos van a ir, dependiendo de cuáles son sus gustos, de con quién quieran estar”, indica el psicólogo. Por eso, a diferencia de los “tonos pera”, que son en grupos amplios, las “peras malogradas” se dan en grupos de 6 o hasta 8 escolares, para estar emparejados. Los juegos dentro de este tipo de fiestas –comenta el experto– también han evolucionado. Si antes el “juego de la botella borracha” era el que marcaba la pauta, ahora los “castigos” son mucho más riesgosos. “El castigo puede ser, por ejemplo, ‘vete al cuarto con él y quédate diez minutos allí’. En esos diez minutos quizá no pasó nada, pero quizás sí”, sostiene Arnao.
Unidades emblemáticas

Entonces, se han registrado casos de chicas que asisten a estos “tonos”, quedan embarazadas y no saben cuál de los chicos es el padre. “El objetivo de este estudio era saber la magnitud del problema, el peligro en el que estos chicos y chicas se involucran”, indica. El estudio fue realizado en 8 unidades educativas emblemáticas de Lima.

Para el doctor Arnau, precisamente allí se encontraría la clave de este problema. Los chicos llegan de todos los distritos de Lima hasta estas instituciones recorriendo grandes distancias, lo que implica estar muchas horas fuera de casa. En el inexistente control de los padres y con los pocos esfuerzos que pueden hacer los maestros, el fenómeno de las “peras malogradas” encuentra su caldo de cultivo.

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